Hace unos días el Sr. Cardenal Rouco Varela presidió una celebración a favor de la familia cristiana. Es como mínimo curioso constatar que ya de entrada el Sr. Cardenal parece que tuvo un pequeño lapsus lingüístico.
Si acaso su celebración debía ser en defensa de la familia católica, ya que hay otras confesiones cristianas que defienden un modelo similar pero no igual al católico.
Por otro lado, también sorprende, la capacidad con que la Iglesia aplica sus principios según le conviene, el dicho " Que tu mano izquierda no sepa lo que hace tu mano derecha" es aquí utilizado como justificación de un contrasentido en sus propias actuaciones. La misma Iglesia que defiende el matrimonio sagrado e indisoluble a su vez es capaz de repartir dispensas y anulaciones a toda una pléyade de famosos y no tan famosos.
La misma iglesia que defiende el poder despedir a un enseñante divorciado por no cumplir con la filosofía de la Iglesia, no tiene ningún reparo en casar a divorciados/as si las necesidades del guión lo exigen. Que yo sepa no se les ha exigido que abjuren de sus pasadas actuaciones para que la Iglesia los acoja en su seno.
La misma Iglesia, que olvidando sus propios dichos " A Dios lo que es de Dios y al Cesar lo que es del Cesar" es capaz de realizar una unión religiosa y sin ningún rubor luego olvidar sus obligaciones contractuales con el Estado, eso es notificar al Estado de dicha unión.
La misma Iglesia que a puerta cerrada reconoce que mas del 80% de los matrimonios que realiza actualmente son nulos por el propio principio de incumplimiento del Sacramento, ya que todas estas parejas se casan por la ceremonia y no por lo que representa de sacramento, admite que si fuese realmente exigente en el cumplimiento de los principios se le quedarían las iglesias aun mas vacías de lo que ya las tienen.....
El Sr. Cardenal parce también olvidar que antes de que la Iglesia se encerrara entre los muros de poder del Vaticano, mucho antes de que existiese la Iglesia como tal, un hombre sencillo se atrevió a predicar que los únicos actos que nos perdurarían, serian los actos del corazón.
El Sr. Cardenal parece olvidar finalmente que sea cual sea la estructura familiar, las únicas relaciones, las únicas familias que tienen la posibilidad de perdurar son las Familias del Corazón, ya que son esos lazos y no otros los que nos mantienen unidos a través del paso del tiempo.
Dedicado a la memoria de Juan Mateos, Jesuita y Teólogo
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